Europa, la vieja y fría Europa. Maltratada y deseada, generosa y diabólica, llena de esperanza y llena de odio; hay que decir que aterrizar en la nevada Bucarest fue un bonito puñetazo en el estómago. Europa, nos guste o no, siempre será nuestra casa. Allí Bogdan, con quien nos cruzamos en la tórrida Namibia, nos vino a recoger al aeropuerto y nos ayudó mucho logísticamente hablando cuando descubrimos que habíamos olvidado cosas importantes en África. Casi al mismo tiempo, Katy y Andrei nos dieron un recibimiento tan extraordinario que de golpe y porrazo destruyeron los falsos clichés que la ignorancia y sus medios de desinformación nos inculcan sobre Rumanía. Seguir leyendo/read more/Continuare a leggere... Posted in English as well. Pubblicato anche in italiano.