Para nuestra sorpresa el tráfico bajó y con ello, el peligro. No así nuestra motivación, que después de Huánuco bajó hasta cotas poco vividas. El paisaje se tornó más aburrido y la montaña empezó a atragantársenos. Por fortuna el camino nos puso un regalo en Andahuaylas, donde a pesar de que Eve enfermó y pasó varios días en cama con fiebre, Ainhoa y Koldo nos reanimaron con su compañía, energía e historias del sur. Seguir leyendo/read more... Posted in English as well.